Que el vehículo electrificado avanza en los deseos del consumidor en general es una realidad que no tiene discusión. El estudio llevado a cabo por Deloitte demuestra, además, que esa tendencia es generalizada entre el usuario español, que manifiesta grandes cifras de deseo sobre este tipo de vehículos.

Deloitte ha elaborado lo que denomina “Global Consumer Study”, referente a vehículos electrificados y las preferencias de los compradores por este tipo de vehículos bien totalmente eléctricos, o híbridos en sus diferentes alternativas. La muestran general del estudio fue de 26.000 usuarios en 24 países, mientras que en España se realizaron 1.000 encuestas entre personas en edad de poder conducir.

De este estudio se deriva que el 19% de los españoles se decantaría por un vehículo híbrido enchufable, mientras que un 33% por un híbrido, y un 13% por vehículos cien por cien eléctricos. Es decir, que el 65% de los compradores de vehículos nuevos en nuestro país preferiría alguna forma de electrificación si tuviera que comprarse ahora mismo un coche nuevo.

Preguntados igualmente sobre dónde realizarían sus cargas, un 53% preferiría hacerlo en puntos de recarga que sean públicos. Después, un 21% lo haría en su trabajo, mientras que un 19% lo preferiría hacer en casa. Entre las razones que hacen que el porcentaje de personas preguntadas no quieran recargar en casa, está, por ejemplo, la imposibilidad o trabas que se presentan a la hora de instalar un cargador en su vivienda.

Como el tiempo de carga de un coche eléctrico es también un factor fundamental, el 35% de las personas que participaron en este estudio estaría dispuesta a emplear entre 10 y 20 minutos para proveerse de un 80% de la energía necesaria en sus baterías. En el otro lado de la balanza, seis de cada diez querrían que sus coches eléctricos tuvieran como mínimo 400 kilómetros de autonomía.

Claro está, el estudio también demuestra porque esas preferencias, con sus pros y contras. Entre las razones que se esgrimen para la adquisición de un coche electrificado sobresale la del ahorro de combustible, pero también el cambio climático, lo que denota concienciación. A la vez, se destaca como ventajas del vehículo electrificado, que conlleva una mejor experiencia en cuanto a conducción se refiere, un menor mantenimiento y por ello costes derivados de él, y las subvenciones del Estado en la compra de dichos vehículos.

En el lado contrario, en el de las desventajas, los encuestados señalaron varios aspectos. Por ejemplo, la autonomía. Pero también el todavía deficiente número de cargadores públicos, además del mayor precio de estos vehículos frente a los de combustión interna.

Está claro que, para que en España tengamos un mayor despegue de este tipo de vehículos, hace falta replantearse instalar los puntos de recarga que faltan (y que los que están funcionen todos de verdad). Esto entre otros muchos aspectos que, sin duda, un día despegarán por completo como lo hicieron antes otras tecnologías y sus infraestructuras.