Tan importante como el propio vehículo eléctrico es la potencia de carga. Y así nos lo recuerda Opel con sus modelos cien por cien electrificados. Nos deja claro que todos sus modelos de esta índole están preparados para la carga rápida de 100 kW en C. C., o corriente continua.

Y es que Opel dispone de nada menos que de doce modelos electrificados en venta en nuestro mercado. Eso son, a priori, suficientes modelos para que cada comprador encuentre lo que busca prácticamente en cualquier segmento. El objetivo de Opel es convertirse en 2028 en Europa en una marca 100% eléctrica, o sea, que todos sus modelos se impulsen gracias a la electricidad.

Esa transformación hacia la electrificación total la podemos encontrar en el Mokka-e, tal y como nos recuerda la marca. Fue el primero en optar por ofrecer entre su gama de versiones de combustión una completamente eléctrica, tendencia que se registra al alza cada vez más en la idea de los compradores. Además de adoptar el frontal “Opel Vizor” tan característico y, dentro, el Pure Panel, que ofrece un puesto de conducción muy digitalizado a través de esa gran pantalla(s).

El Opel Mokka-e es un vehículo de carrocería SUV, o crossover, de cuatro puertas y capacidad para cinco pasajeros que por fuera mide 4,15 metros y que está disponible en España desde 36.281 euros en el acabado Edition; por 38.281 en el GS Line; y desde 39.281 euros en el Business Elegance. Tiene un maletero trasero de 310 litros, ampliables a 1.060 abatiendo la segunda fila de asientos. Ofrece una potencia de 136 caballos y 260 Nm de par máximos con una batería de 50 kWh de capacidad y autonomía de 338 kilómetros, según ciclo WLTP2. La velocidad máxima, autolimitada, es de 150 km/h.

Y, como apuntábamos, tan importante es ese dato de potencia, capacidad de batería y autonomía como la rapidez en las cargas; de poco sirve lo anterior si la carga dura muchas horas. Como admite potencias de carga de hasta 100 kW en corriente continua, en solo 30 minutos se puede hacer una carga del 0 al 80% de la capacidad de la batería. De hecho, Opel ofrece esta potencia de carga en todos sus vehículos electrificados, véase Corsa-e, Combo-e Life, Zafira-e Life, Combo-e y Vivaro-e, además del citado Mokka-e. Eso, se vea como se vea, es simplemente una ventaja.

Además de eso, Opel también nos recuerda que sus modelos “están preparados para otras opciones de carga...”. Así, en corriente alterna trifásica admiten hasta 11 kW, que se puede obtener “a través de un wallbox o de un cable para el punto de corriente doméstico”. Por si fuera poco ”el cargador universal, con adaptadores específicos para la infraestructura, permite la carga en casi todas las tomas de corriente y estaciones de carga públicas”. Aglutinan así en un solo dispositivo funciones de cables “Modo 2” y “Modo3”, lo que abarca una gran cantidad de tomas de muchos países.

Como muchos fabricantes, Opel también ofrece otros servicios para que esa carga sea más fácil. Por ejemplo, a través del OpelConnect y myOpel, aplicaciones que “ofrecen soluciones especiales para los vehículos eléctricos”, como poder ver desde casa la autonomía que tiene el vehículo, el nivel de carga de la batería o programar el horario de carga, pero también conectar la climatización interior antes de coger el coche, por ejemplo.

Se puede decir que Opel lleva un camino muy bueno en su trayectoria, pues comunica bien y está calando entre los compradores actuales; el mencionado Mokka-e ha sido en octubre el SUV eléctrico líder de ventas en el segmento B en el mercado alemán, que no es precisamente baladí.