Viajar con un coche eléctrico es posible. Lo decimos así de claro. Muchos dicen lo contrario, pero hay una gran comunidad en todo el mundo que atestigua, y demuestra, que sí se puede. Es verdad que hay que tomar una serie de precauciones, pero como también hay que hacerlo con un coche de motor térmico que gaste más que otro, etc.

Te vamos a dar algunos consejos para viajar con total comodidad y tranquilidad a la hora de afrontar un viaje o desplazamiento con un coche eléctrico. Para que no haya sorpresas, para que todo vaya de perlas y el viaje sea, además, un disfrute de verdad.

Primer consejo: Cerciorarse de la carga del vehículo en cuestión. No es bueno, ni nada recomendable precisamente, salir de casa al iniciar un viaje o desplazamiento largo por debajo del 15 o 20% de la carga. De hecho, lo ideal es cargarlo al máximo (solo para esta situación si no hay más remedio), en este caso lo más cerca al 100% si se puede. Cómo mínimo, al 80 por ciento de la carga. Esto nos permitirá un buen “empuje” de kilómetros de camino hasta el destino final. Bien es verdad que es más recomendable evitar si es posible cargar la batería al 100%, ya que uno de los cuidados para alargar su vida útil es moverse en el rango de nivel de carga entre el 20 y el 80%.

Segundo consejo: Ver que autonomía tiene nuestro vehículo. Enlazando con el primer consejo, si tenemos autonomía para 300 o 400 kilómetros, por ejemplo, y salimos a tope de carga del punto de inicio del desplazamiento en cuestión ya tendremos una idea aproximada de los kilómetros a los que deberemos parar para hacer una carga, siempre sin apurar la autonomía máxima: nadie lo hace tampoco con un vehículo de motor térmico hasta agotar el depósito. En el caso del vehículo eléctrico, como mínimo, conviene reservarse un 20% de la carga justo cuando paremos a recargar. Esto por si el cargador que hemos elegido no es el adecuado (lento por ejemplo por potencia), o porque no hayamos reservado o porque no funcione o haya y haya que buscar otro antes o después de ese punto de parada.

Tercer consejo: Tener una buena app de puntos de recarga bien instalada en el teléfono móvil o el navegador del propio coche. Hay muchas apps para calcular los itinerarios donde, a partir por ejemplo de un nivel de carga que le digamos junto a características de nuestro vehículo (batería, etc.), nos recomendará parar en un punto kilométrico u otro en función de nuestra necesidades. Y siempre con márgenes de cálculo de sobra. Además ofrecen otros muchos servicios útiles como reserva de los cargadores, etc.

Cuarto consejo: Disponer correctamente de la forma de pago de los cargadores que vamos a utilizar durante el trayecto. Desafortunadamente todavía, el método de pago de unas marcas a otras varían y por eso es conveniente tener preparado el método de pago de cada uno de ellos para evitar perder tiempo bajando la app al teléfono. No obstante, en cada cargador existe una dirección web o código que escaneándolo con el propio teléfono nos lleva hasta la web del proveedor de energía y suele ser fácil seguir los pasos para darse de alta.

Quinto consejo: Planificación. Si planificas bien, que tampoco es complicado, y tienes las cosas claras con un vehículo eléctrico (tampoco hay que ser ingeniero para ello), el viaje será tan placentero o más que con un coche con motor térmico, ya que te dará tranquilidad, comodidad y libertad para hacer lo que quieras, amén de haber contribuido a la sostenibilidad general del planeta, que no es menos importante.